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Excursión de 3 días al desierto de Marruecos
Marruecos llevaba ya un tiempo siendo uno de los destinos que más me apetecía ir, y por fin nos decidimos. Para el puente de diciembre ya tocaba hacer el viaje, cogimos toda la semana de vacaciones y empezamos por los vuelos, la ida sería a Marrakech y la vuelta desde Casablanca.
Pero lo más importante era la visita al desierto. Teníamos muy claro que no podíamos irnos de Marruecos sin disfrutar su parte de desierto. Gracias a la recomendación de Los Traveleros, conocimos la empresa Marrakech Camel Trips.
La excursión fue desde Marrakech, de tres días y dos noches. La experiencia fue inigualable y superó nuestras expectativas. Esta fue la ruta que seguimos:
Día 1: Ouzarzate y Valle de Rosas
El primer día madrugamos para salir de Marrakech y aprovechar bien el día y todo lo que nos tenía que ofrecer. Saïd, nuestro conductor, vino a recogernos a las 7 de la mañana al riad donde nos alojábamos en Marrakech, cogimos el coche y comenzamos a atravesar el Alto Atlas. Durante el camino, hicimos varias paradas para disfrutar de las preciosas vistas que nos ofrecía el paisaje, una de las paradas fue en el puerto de T’ichka, a 2.260m de altitud.
Tras unas horas de coche llegamos a el Kasbah de Ait Ben Haddou, una ciudad fortificada que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987. Las vistas de lejos ya eran alucinantes, pero pasear entre sus muros lo fue aún más.
Después de ver el Kasbah comimos en Ouzarzate “el Hollywood de Marruecos” que quedaba bastante cerca, y seguimos en la carretera disfrutando de vistas como el palmeral de Skoura, finalmente llegamos al valle de Rosas, donde pasamos la noche.
Nuestra experiencia en el valle de Rosas fue inigualable, dormimos en el Riad Tazawa. En este Riad nos recibió Hassan, quien fue totalmente encantador con nosotros. Nos recibió con un té en los preciosos jardines del Riad, nos llevó a conocer su pueblo, Ibrahne, y a ver el atardecer desde una preciosa colina.
El pueblo de Ibrahne nos encantó, casi tanto como el Riad dónde estábamos, además la cena, típica bereber, estaba increíble.
Día 2: Valle del Dades, Valle del Todra, Merzouga y Noche en el Desierto
Después de la noche y el genial desayuno que tuvimos en el Riad Tazawa (para así recargar bien las pilas), tocaba poner rumbo a Merzouga. No sin antes pasar por el Valle del Dades, el Valle del Todra y las Gargantas del Todra. Lo que más nos impresionó de esta parte sin duda fue las gargantas del Todra, que tan solo tienen 33 metros de ancho y ¡100 metros de altura! Muchos valientes hacen ahí escalada, pero de momento nosotros no nos hemos animado.
Además de camino, paramos en una tienda con atuendos típicos Bereberes y nos vestimos como auténticos Bereberes (con su bandera y todo).
Pero no se quedó ahí nuestra inmersión en la cultura Bereber, Saïd nos invitó a comer Cuscus a su casa y además, ¡me pintaron henna en la mano!
Y tras dos días de coche ¡Por fin llegamos a Merzouga! Ya solo nos faltaba un paseo de hora y media en dromedario para llegar a las jaimas donde dormiríamos esa noche.
Pasar la noche en las jaimas fue una experiencia única, después de ver atardecer en las dunas, fuimos al campamento a cenar y más tarde, a la luz de la hoguera cantamos y contamos adivinanzas. Lo mejor de todo fue ver el “moon-rising”, no tengo claro si existe una palabra en español para ello, pero consistía en el amanecer pero de la luna. Tuvimos suerte y lo vemos muy claro, una media hora después de que terminara de atardecer.
Día 3: Valle del Draa y vuelta a Marrakech
Finalmente, llegó nuestro último día de tour y el que más tiempo pasamos en el coche.
Lo mejor de todo fue la mañana, ver amanecer en el desierto, otra experiencia única entre las dunas.
Ya solo nos quedaba ver el espectacular palmeral en el valle del Draa y muchas horas de coche (unas 10) hasta llegar de vuelta a Marrakech.
Sin duda, los tres días con Marrakech Camel Trips fueron una vivencia indescriptible que repetiríamos con los ojos cerrados.